Carta a un amigo
Bs. As. 13 de noviembre de 1994.
Bs. As. 13 de noviembre de 1994.
Amado, recordaba en estos días un cuento en el que había un perro que cada anochecer, al ver salir la luna, ladraba y ladraba demostrando gran fastidio y oposición al hecho. Aquel cuento proseguía diciendo que esto lo hizo vez tras vez y año tras año, hasta que cierta tarde, estado ya muy viejo, aquel perro murió; pero lo realmente conmovedor de aquella historia es que esa misma noche, a su debido tiempo, (ni un minuto antes, ni un minuto después) sobre el profundo azul del cielo, la luna volvió a aparecer.
Pensé entonces que, de igual modo, todos aquellos que al tomar contacto con la verdad de la palabra de Dios, se oponen a ella, actúan tan neciamente como el perro protagonista de aquel cuento. Muchos han blasfemado contra la palabra que Dios ha revelado, han intentado contrariarla, han intentado destruirla, han intentado hacerla desaparecer bajo un espeso manto de polvo. Sin embargo, todos murieron y fueron ellos los que, transcurrido el tiempo, terminaron bajo el polvo mientras que la Palabra de Dios y Su verdad inherente, ha permanecido invariable y así será por siempre, ya que (del mismo modo que, como en el cuento, el ladrar resulto ser un poder muy pequeño e incapaz de alterar las leyes que rigen sobre los astros) cualquier acción humana que, por cualquier causas, se oponga a la verdad de la Palabra de DIOS, no podrá jamás con ello hacer a Dios mentiroso ni evitar que se cumpla lo que ÉL ha dicho y hablado.
Ahora bien, dado que la decisión de seguir los caminos rectos de DIOS es un decisión diaria, también nosotros, los que hoy procuramos conocerle y amarle, si descuidamos nuestro corazón, podemos apartarnos y hacerlo a tal punto, que nos opongamos en incredulidad, eligiendo seguir nuestras propias opiniones, nuestros propios caminos. Por ejemplo; por mas que abundemos más y más en obras de caridad procurando obtener nuestra justificación ante DIOS, ella seguirá dependiendo solamente de nuestro haber creído en la obra redentora del Señor JESUCRISTO; o, por más condenaciones y castigo que nos impongamos a causa de nuestros pecados, DIOS, solo seguirá mirando y necesitando nuestro genuino arrepentimiento de corazón para perdonarnos; o, por más que fundamos nuestros cuerpos sirviendo, seguirá siendo El Amor de DIOS en la mente renovada en manifestación, lo que haga excelente el servicio; o. Por más que nos apartemos de Él y llevemos las 24 hs. De nuestras agenda en pos de un mejor plan para nuestras vidas, seguirá siendo DIOS el único que puede dar al hombre la prosperidad completa, sin añadir dolor con ella, y por más que tantas otras cosas mas, seguirá siendo solo DIOS y su palabra la mejor opción para nuestras vidas.
Así que, amado, en nada podemos afectar a la verdad de la Palabra de DIOS.
Ella seguirá su curso como un río caudaloso, y lo hará con nosotros o sin nosotros.
El anhelo de mi corazón (y para lo que también me preparo) es navegar vida arriba en las hermosas aguas de DIOS nuestro Padre, y que también vos, día a día hagas firme esta vocación; alejándonos así, cada día más de todo parecido con aquel perro que malgastando su vida ladrando, inútilmente, a la luna.
Mi amor por ti y mi oración en le poderoso nombre de nuestro Señor JESUCRISTO.
2 Corintios 10:5
a derribar falsos argumentos y toda especie de soberbia que se alza contra el conocimiento de Dios, y a hacer cautivo todo pensamiento rebelde y llevarlo a obedecer a Cristo.
(versión CST-IBS)
Alejandro
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