Carta a un amigo.Buenos Aires, noviembre 23 de 1994Amado amigo, hace algún tiempo, en ocasión de encontrarme estudiando en mi Biblia el pasaje en 1ª Samuel 17 ( en el cual se relata La contienda entre David y Goliat) pensé que si tuviera que anunciar dicho acontecimiento, bien podría hacerlo diciendo que: en aquella ocasión un HOMBRE GRANDE (Goliat) se enfrentó a un GRAN HOMBRE (David); pretendiendo con tal juego de palabras poner en relieve, la existencia de dos modos diferentes de medir, tanto los hechos como las personas.
En aquel campo de 1ª Samuel 17, casi todos median la altura de Goliat, su entrenamiento y su poderosa armadura, ante lo cual, consideraban a David, como un rival muy pequeño; pero David uso otro patrón de medición completamente diferente, él puso sus ojos en su propio entrenamiento para creerle a DIOS, y en lo invencible de su propia armadura (la cual era DIOS) y ante eso, el que resultaba ser un rival muy pequeño, era Goliat. Cave destacar, que aunque también Goliat confiaba en la eficacia de su medición; la victoria de David muestra claramente quien fue de los dos el que uso la vara correcta.
Atravez de una grande propaganda, el mundo inculca sus valores, sus patrones y establece lo que él juzga verdaderamente grande. Pero nosotros no debemos usar jamás esa regla para medir nuestra estatura espiritual (si es que estamos buscando manifestar la gloria y el poder, que por la gracia de DIOS, mora en nosotros) amigo mío, ¿quién en su sano juicio intentaría medir la intensidad eléctrica de un circuito usando una regla métrica?.
La verdadera grandeza en la vida del hombre, reside en su intima relación con DIOS y la vara propuesta por el mundo, resulta inapropiada para medirla.
Por eso tú, nunca te midas, por ejemplo, en términos de lo que posees o de lo que careces, ni en habilidades naturales inhabilidades, y aunque parezca mentira, ni siquiera en términos de felicidad o falta de ella.
Tal vez, estas cosas ya no te confundan y a DIOS gracias doy por ello, pero a mi no me es molesto recordártelas y más aún cuando esta vara (la que el mundo propone) con frecuencia se nos presenta bajo el disfraz de medida espiritual; tendrá apariencia de verdad pero la negará. Ella buscará confundir nuestro sano entendimiento para inutilizarnos y quebrarnos, ella nos dirá que creemos cuando solo estamos asintiendo mentalmente, ella nos dirá que amamos cuando solo estemos manifestando un sentimentalismo vano, y aún en aquellas acciones a las que Dios nos anima, buscará anular nuestra eficacia, llevándonos, por ejemplo, a poner los ojos en la cantidad (sea poca, sea mucha) y no en el corazón con que DIOS quiere que se hagan. La cantidad de servicio prestado, la cantidad de gente que cree nuestro testimonio, la cantidad de seminarios tomados, etc., etc., etc., no son por si solos patrones válidos para utilizar a la hora de medirnos; más aún, ni siquiera lo que genuinamente hemos creído ayer vale para saber cual es hoy, nuestra estatura espiritual.
Amado, cuidémonos de no errar, si queremos ser espirituales, debemos medir espiritualmente. Si fallamos en esto, nuestra eficacia como hijos de DIOS, nuestro andar poderoso, será detenido y anulado.
Es el descuido en nuestro estudio serio e inteligente de la palabra de DIOS, lo que nos llevará siempre a poner la vista en cosas ilusorias y de valor esfímero. No habrá jamás grandeza genuina ni provecho verdadero donde DIOS no este. Y esto está muy lejos de ser una declaración idealista. Así que, compañero mío, si alguien piensa así, esta ciego y nada sabe, porque a la hora de la verdad, a la hora en que a las palabras se les reclama su respaldo, en los campos de Efes-damin, lo que casi todos tuvieron por grandeza, terminó siendo comida para las aves del cielo.
Manteen tu modo de pensar en la hermosa armonía con las palabras de nuestro Padre. Has que ella llegue a ser tu única norma de fe y práctica, para que teniendo en toda ocasión plena certidumbre de que mayor es que el que está en ti que el que está en el mudo, puedas vencer siempre, en cada uno de los campos en que te toque a ti luchar; completando así, también mi gozo.
Compañero amado, demos siempre gloria a DIOS nuestro Padre, porque ÉL es EL GRANDE, porque ÉL es EL ALTÍSIMO, porque ÉL es quien pelea nuestras batallas y nos lleva de triunfo en triunfo.
Mi mejor amor para ti, y mi oración siempre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.2 Corintios 10:12
En aquel campo de 1ª Samuel 17, casi todos median la altura de Goliat, su entrenamiento y su poderosa armadura, ante lo cual, consideraban a David, como un rival muy pequeño; pero David uso otro patrón de medición completamente diferente, él puso sus ojos en su propio entrenamiento para creerle a DIOS, y en lo invencible de su propia armadura (la cual era DIOS) y ante eso, el que resultaba ser un rival muy pequeño, era Goliat. Cave destacar, que aunque también Goliat confiaba en la eficacia de su medición; la victoria de David muestra claramente quien fue de los dos el que uso la vara correcta.
Atravez de una grande propaganda, el mundo inculca sus valores, sus patrones y establece lo que él juzga verdaderamente grande. Pero nosotros no debemos usar jamás esa regla para medir nuestra estatura espiritual (si es que estamos buscando manifestar la gloria y el poder, que por la gracia de DIOS, mora en nosotros) amigo mío, ¿quién en su sano juicio intentaría medir la intensidad eléctrica de un circuito usando una regla métrica?.
La verdadera grandeza en la vida del hombre, reside en su intima relación con DIOS y la vara propuesta por el mundo, resulta inapropiada para medirla.
Por eso tú, nunca te midas, por ejemplo, en términos de lo que posees o de lo que careces, ni en habilidades naturales inhabilidades, y aunque parezca mentira, ni siquiera en términos de felicidad o falta de ella.
Tal vez, estas cosas ya no te confundan y a DIOS gracias doy por ello, pero a mi no me es molesto recordártelas y más aún cuando esta vara (la que el mundo propone) con frecuencia se nos presenta bajo el disfraz de medida espiritual; tendrá apariencia de verdad pero la negará. Ella buscará confundir nuestro sano entendimiento para inutilizarnos y quebrarnos, ella nos dirá que creemos cuando solo estamos asintiendo mentalmente, ella nos dirá que amamos cuando solo estemos manifestando un sentimentalismo vano, y aún en aquellas acciones a las que Dios nos anima, buscará anular nuestra eficacia, llevándonos, por ejemplo, a poner los ojos en la cantidad (sea poca, sea mucha) y no en el corazón con que DIOS quiere que se hagan. La cantidad de servicio prestado, la cantidad de gente que cree nuestro testimonio, la cantidad de seminarios tomados, etc., etc., etc., no son por si solos patrones válidos para utilizar a la hora de medirnos; más aún, ni siquiera lo que genuinamente hemos creído ayer vale para saber cual es hoy, nuestra estatura espiritual.
Amado, cuidémonos de no errar, si queremos ser espirituales, debemos medir espiritualmente. Si fallamos en esto, nuestra eficacia como hijos de DIOS, nuestro andar poderoso, será detenido y anulado.
Es el descuido en nuestro estudio serio e inteligente de la palabra de DIOS, lo que nos llevará siempre a poner la vista en cosas ilusorias y de valor esfímero. No habrá jamás grandeza genuina ni provecho verdadero donde DIOS no este. Y esto está muy lejos de ser una declaración idealista. Así que, compañero mío, si alguien piensa así, esta ciego y nada sabe, porque a la hora de la verdad, a la hora en que a las palabras se les reclama su respaldo, en los campos de Efes-damin, lo que casi todos tuvieron por grandeza, terminó siendo comida para las aves del cielo.
Manteen tu modo de pensar en la hermosa armonía con las palabras de nuestro Padre. Has que ella llegue a ser tu única norma de fe y práctica, para que teniendo en toda ocasión plena certidumbre de que mayor es que el que está en ti que el que está en el mudo, puedas vencer siempre, en cada uno de los campos en que te toque a ti luchar; completando así, también mi gozo.
Compañero amado, demos siempre gloria a DIOS nuestro Padre, porque ÉL es EL GRANDE, porque ÉL es EL ALTÍSIMO, porque ÉL es quien pelea nuestras batallas y nos lleva de triunfo en triunfo.
Mi mejor amor para ti, y mi oración siempre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.2 Corintios 10:12
Pero no penséis que somos tan atrevidos como para contarnos o compararnos con esos que van por ahí ensalzándose sin recato, considerándose medida justa de las cosas y comparándose consigo mismos, con lo cual demuestran su falta de sensatez.
2 Corintios 10:13
2 Corintios 10:13
Nosotros jamás nos jactaremos más de la cuenta, pues sabemos que es Dios quien nos ha dado la regla por la cual hemos de medirnos para llegar también hasta vosotros.
2 Corintios 10:17
2 Corintios 10:17
Como dicen las Escrituras: "El que quiera gloriarse, que se gloríe del Señor",
2 Corintios 10:18
2 Corintios 10:18
porque no vale más el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.(versión CST-IBS)
Alejandro
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